Este tipo de instancias permite a nuestras y nuestros estudiantes –de todas las edades y condiciones– plantear sus preguntas, conocer más sobre sí mismos, y apropiarse de herramientas para el cuidado de la vida. Valoramos profundamente estos espacios, porque reconocen a cada persona como ser integral, con emociones, historia, cuerpo y espiritualidad.